Cambios, todos
cambiamos. A veces por cosas que nos hacen crecer y otras por decisión
propia. Dicen que uno aprende de las otras personas. Querer es admirar, y esa
admiración muchas veces nos lleva a hacer cosas arriesgadas. A veces me la
juego, me arriesgo con todo y después tengo que bancarme lo que venga, aunque
me haga llorar, reír, patalear o lo que sea. Actúo sin pensarlo ¿Para qué pensar algo que sé que quiero
hacer? Si, al final, pensar algo termina complicando las cosas. No me
importa perder, no me importa ganar, no me importa llorar… Solamente quiero ser
yo, con mis decisiones y mis problemas; sabiendo que lo que pasó fue solo obra
mía. Después de todo ¿En eso de basa crecer no? En aprender de los errores de uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario