NO CUALQUIERA SUMA SIN RESTAR
miércoles, 27 de marzo de 2013
Decisiones. A veces
la vida nos pone ante situaciones que no podemos controlar. Es difícil tomar
una decisión, más cuando esta interfiere entre dos personas. No quiero lastimarte, no quiero lastimarme; no quiero lastimarnos. En muchas de
las ocasiones sabemos cuál es la decisión correcta, conocemos con exactitud
porque debemos elegir eso y presentimos lo que vendrá después. Pero ¿Por qué
solemos tomar la decisión contraria? Uno elige su destino pero ¿Qué pasa si el destino que elijo hoy son
los errores que tendré mañana? ¿Qué
importa más, querer o desear? ¿Querer es desear? Hoy puedo elegir pero ¿Qué
elijo? ¿Despedirme de algo para siempre o seguir metida en un juego en la que
parezco ser la ficha? A veces la decisión es simple, cuando a uno le ocurre
algo así es claro el porvenir: sufrir o sufrir. Lastimarse o salir lastimado. Uno tiene que decidir, poner el punto final
y cerrar un capitulo o colocar puntos suspensivos y continuar esperando algo
que quizás nunca llegue.
.
La real
academia define la palabra imposible como algo que no tiene ni facultad ni
medios para llegar a ser o suceder y define improbable como algo inverosímil
que no se funda en una razón prudente, puestos a escoger a mí me gusta más la
improbabilidad que la imposibilidad, como a todo el mundo supongo, la
improbabilidad duele menos y deja un resquicio a la esperanza, a la épica, que
David ganara a Goliat era improbable pero sucedió, un afroamericano gobernando
la casa blanca era improbable pero sucedió, Nadal desmarcando del número uno a
Federer, una periodista convertida en princesa, el amor, las relaciones los
sentimientos no se fundan en una razón prudente por eso no me gusta hablar de
amores imposibles sino de amores improbable, porque lo improbable es por
definición PROBABLE, Lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar y
mientras allá una posibilitad media posibilidad entre mil millones de que pase
vale la pena intentarlo.
Cuantos caminos y cuantos
desvíos, cuantas decisiones y cuantos errores
en ese largo viaje que es la vida.
De vez en cuando, una mujer se siente perdida, y cuando eso ocurre, lo mejor es
olvidar lo que debió o pudo haber hecho y seguir adelante. Mientras avanzamos
por esa infinita carretera con destino a quien esperamos ser, a veces no puedo
evitar pensar “¿habremos
llegado ya?”
sábado, 23 de marzo de 2013
Te amo, te quiero, te odio, te extraño, te pienso, te olvido… ¿No
es muy loco que dentro de uno pasen tantas cosas? ¿Acaso es normal sentir tanto
a la vez? Pero ¿Quién dice lo
que es normal y lo que no? Yo aprendí que lo normal puede transformarse en inédito y lo
anormal puede volverse casual. La vida nos da muchas sorpresas y a veces es un
poco difícil acostumbrarse. A veces puedo estar preparada para cualquier cosa,
siento que estoy lista para afrontar lo que venga; otras veces me siento más
insegura, las ideas se me mezclan y nuevamente me empiezo a preguntar qué es lo
que quiero sin recibir ninguna respuesta. Pero, al final, siempre termino
siendo un papel en blanco. Día tras días, semana tras semana, año tras año.
Miles de papeles en blanco que me conforman, escribiendo mi propia historia y esperando que alguien, también,
llene esas páginas.
¿Qué es la historia
sin registro? ¿Qué es la historia sin memoria? ¿Quién la cuenta, quién la
inventa, quién la olvida, quién la borra? ¿Qué recuerda la cabeza; lo que
tiene, lo que piensa? ¿Quién la cuenta, quién la inventa? ¿Qué es la historia sin memoria? ¿Qué registra el corazón? El final
y adiós de un gran amor ¿Cuánto pasa, cuánto queda qué nos marca y deja huella?
Qué
difícil la memoria del que todavía espera. Cuánto duelo, cuánta
pena para no tenerte cerca. Que fugaz, que traicionera la memoria del que queda
¿Qué es la historia sin recuerdos, sin olvidos, sin encuentros? ¿Quién nos
llora, quién nos deja, quién nos banca en lo que resta? Qué me importa lo que
pase sin memoria para amarte ¿Quién la cuenta, quién la inventa? ¿Qué es la
historia sin memoria? ¿Qué registra el corazón?
El último adiós de un gran amor…
¿Por qué
cometemos errores? ¿Por qué nos equivocamos tanto? A veces
parece que el mundo conspira en nuestra contra. Dicen que de los errores se
aprende pero ¿Es que acaso ya no aprendí lo suficiente? ¿Qué nos lleva a tantos
errores? ¿Por qué? Dicen que el que no
arriesga no gana. Los únicos que no se equivocan son los que están a la
deriva, los que se quedan quietos; esperando ser impulsados por la corriente,
sin control de sus vidas, eligiendo no tomar decisiones arriesgadas que puedan
modificar el equilibrio que llevan con ellos. Yo elijo arriesgarme, elijo
correr riesgos y elijo jugármela. Puedo equivocarme mil veces, puedo cometer
los mismos errores; pero no me importa. Lo importante es avanzar y continuar en
el camino ¿Y si tropiezo una y otra vez
con la misma piedra? Bueno, puede ser que la piedra me guste más de lo que
imaginaba.
A veces hay amores
llenos de espinas que nos dejan el corazón lastimado, y nos obligan a tomar
distancia para buscar un refugio y curarnos las heridas. Crecer también es saber retroceder a tiempo y decirle no a lo que
nos puede hacer mal. En algunos casos renunciar no es cobardía, sino sabiduría de vida. Ya llegara el tiempo de
entregarse plenamente al amor.
No quiero más mentiras en mi vida, aunque eso
signifique que una verdad me robe una lágrima. No quiero más palabras, aunque
eso signifique no hablarte. No quiero más esperanzas, aunque eso signifique
romperme por dentro. No quiero más miradas, aunque eso signifique esconderme. No
quiero más besos vacíos, aunque eso signifique extrañarte siempre. No quiero
más de ti, aunque eso signifique olvidarte.
Sin
amigos la vida se parecería a un desierto, porque la amistad es oasis y refugio, no hay dolor ni herida por más grande
que sea que la palabra de un amigo de verdad no pueda ayudar a cicatrizar, por
eso no lo uses para hacerlo cómplice de tus errores sino para pedirle que te
ayude a corregir el rumbo y te acompañe por el buen camino.
jueves, 14 de marzo de 2013
Una relación es de a dos, un beso es de a dos, un abrazo es de a
dos, una conversación es de a dos, una pelea es de a dos… ¿Quién tiene la culpa
de lo que ocurre y quién no? ¿Quién resulta ser la víctima y quien el
victimario? ¿Acaso de verdad hay alguien que tiene el total control sobre el
otro? Uno ríe porque lo elije, llora porque lo elige, sonríe porque lo elije,
se enamora porque lo elije, sufre porque lo elije… Cada uno es dueño de sus
propios sentimientos, los demás pueden influir pero, al final, la decisión
siempre va a quedar en nuestras manos. Entonces ¿Quién tiene la culpa de todo
lo que nos ocurre y de todo lo que sentimos? Nosotros mismos.
Amar es como una
droga. Al principio hay una sensación de euforia, de entrega total. Después, al
día siguiente quieres más. Todavía no te has enviciado, pero te ha gustado la
sensación, y te parece que puedes mantenerla bajo control. Piensas en la
persona amada durante dos minutos y la olvidas durante tres horas.
Pero al poco tiempo
te acostumbras a esa persona, y pasas a depender totalmente de ella. Entonces
piensas en ella durante tres horas y la olvidas durante dos minutos. Si no está
cerca, experimentas las mismas sensaciones que los viciosos cuando no consiguen
droga. En ese momento, así como los viciosos roban y se humillan para conseguir
lo que necesitan, tú estás dispuesto a hacer cualquier cosa por el amor.
miércoles, 13 de marzo de 2013
Esperar, esperar,
esperar. Los días pasan, llega el otoño; las hojas se caen y las flores
comienzan a marchitarse al igual que tus esperanzas. Uno lo intenta, piensa que
con solo creer basta, que donde habita un deseo habita un milagro. Uno sueña,
se deja llevar por las fantasías e imagina un mundo donde todos los días se
parezcan a un cuento de hadas que parece no tener fin. Uno pide, ruega una
nueva oportunidad pensando que todo resultará diferente. Uno espera, espera con
paciencia algo que parecía que iba a llegar pero no aparece… ¿Esperar? ¿Por qué
la vida nos hace esperar tanto por cosas que, quizás, no merecen ni un poco de
nuestra atención? ¿Por qué perdemos el tiempo con asuntos sin importancia? La
espera se hace eterna y los sentimientos se desgastan, uno mismo se perjudica
al mismo tiempo que ve a otras personas avanzar hacia mejores cosas y se
pregunta porque no puede ir por ese mismo camino. Uno se arrepiento, llora, maldice
haber cometido los errores del pasado y jura no volverlos a cometer en el
futuro. Pero, claro ¿Quién hablo acaso de un presente?
-Si me canse de esperar fue porque el tiempo no curó ni una herida.
-Si me cansé de olvidar fue porque el olvido es la
''pastilla suicida''.
-Si me cansé de perdonar fue porque cuando duele nunca, nunca, nunca se
olvida.
-Si me cansé de mentir fue porque la verdad lastima solo al principio.
-Si me cansé de dormir fue porque al ''sueño'' no lo sueño
dormido.
-Si me cansé de asistir fue porque asistiendo o no asistiendo
siempre empezaron sin mí.
martes, 12 de marzo de 2013
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