Una relación es de a dos, un beso es de a dos, un abrazo es de a
dos, una conversación es de a dos, una pelea es de a dos… ¿Quién tiene la culpa
de lo que ocurre y quién no? ¿Quién resulta ser la víctima y quien el
victimario? ¿Acaso de verdad hay alguien que tiene el total control sobre el
otro? Uno ríe porque lo elije, llora porque lo elige, sonríe porque lo elije,
se enamora porque lo elije, sufre porque lo elije… Cada uno es dueño de sus
propios sentimientos, los demás pueden influir pero, al final, la decisión
siempre va a quedar en nuestras manos. Entonces ¿Quién tiene la culpa de todo
lo que nos ocurre y de todo lo que sentimos? Nosotros mismos.
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