Decisiones. A veces
la vida nos pone ante situaciones que no podemos controlar. Es difícil tomar
una decisión, más cuando esta interfiere entre dos personas. No quiero lastimarte, no quiero lastimarme; no quiero lastimarnos. En muchas de
las ocasiones sabemos cuál es la decisión correcta, conocemos con exactitud
porque debemos elegir eso y presentimos lo que vendrá después. Pero ¿Por qué
solemos tomar la decisión contraria? Uno elige su destino pero ¿Qué pasa si el destino que elijo hoy son
los errores que tendré mañana? ¿Qué
importa más, querer o desear? ¿Querer es desear? Hoy puedo elegir pero ¿Qué
elijo? ¿Despedirme de algo para siempre o seguir metida en un juego en la que
parezco ser la ficha? A veces la decisión es simple, cuando a uno le ocurre
algo así es claro el porvenir: sufrir o sufrir. Lastimarse o salir lastimado. Uno tiene que decidir, poner el punto final
y cerrar un capitulo o colocar puntos suspensivos y continuar esperando algo
que quizás nunca llegue.
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